* Ubicados en el Catem, frontera sur
Las personas de nacionalidad, en su mayoría venezolana, quienes desean retornar a su país a raíz de las políticas migratorias en Estados Unidos y que se encuentran temporalmente en el Centro de Atención para Personas Migrantes en la frontera sur, manifestaron a personal de la Defensoría de los Habitantes, una serie de situaciones que deberán ser valoradas por las autoridades costarricenses para su debida atención.
Un grupo de estas personas perciben que reciben un trato diferente y discriminatorio con respecto a las personas del grupo de “repatriación o retorno asistido”, en virtud de que fueron desalojadas del sector de los cuartos y trasladadas a un espacio donde deben dormir mezcladas con otros grupos familiares y con personas que viajan solas. Agregaron que las camas-catres en los que duermen no tienen colchonetas y eso está provocando que tengan dificultades para dormir. Dijeron que algunas personas ya han experimentado afectaciones o alergias en la piel, debido al material de los catres y al calor extremo que hace durante el día y la noche.
Las personas migrantes confirmaron que están recibiendo atención médica y alimentación de buena calidad. A pesar de que les han informado que el agua del CATEM-sur es potable, manifiestan no poder ingerirla debido a que tiene un sabor muy fuerte a cloro y algunas personas ya han presentado problemas estomacales y diarreas al consumirla. Al respecto, la Defensoría de los Habitantes gestionó en su momento con las autoridades del Ministerio de Salud del Área de Salud de Corredores, informando que se cumple con los parámetros establecidos.
Considerando que los oficiales migratorios les preguntan todos los días si ya cuentan con dinero para continuar su viaje hacía Panamá, tienen temor de que puedan ser obligadas a salir del CATEM con sus hijos, sin tener los medios económicos para costear un lugar donde quedarse y menos aún para continuar su recorrido hacia Panamá.
Indicaron que no tienen recursos económicos suficientes para comprar de manera regular, las tarjetas de teléfono para comunicarse con sus familiares y que, para hacerlo, están utilizando el dinero que estaban ahorrando para sufragar los gastos de su regreso por Panamá. Las personas migrantes indicaron que reciben un trato respetuoso de los oficiales migratorios y que se sienten “seguros” en el CATEM-sur. Indicaron que el CATEM-sur se mantiene con condiciones de higiene óptimas, tanto en las duchas, servicios sanitarios y demás espacios de uso común.
Algunas personas consultaron sobre la posibilidad de salir del Centro para poder trabajar, aunque sea de manera informal, para obtener el dinero para poder continuar su recorrido hasta Panamá.
Las personas migrantes manifestaron su deseo de regresar a Venezuela, algunas a Colombia y Perú, donde ya contaban con autorización de permanencia y permiso para trabajar. Sin embargo, insistieron en que la razón por la cual no han podido continuar su recorrido, es por la falta de recursos económicos para pagar el costo de $60 para el tiquete del bus que los trasladaría hasta Lajas Blancas en Panamá. En ese sentido, indicaron que no tenían ninguna información sobre el procedimiento que se seguirá por parte del Estado costarricense, en caso de que no puedan costear los gastos de su traslado a Panamá.
Este proceso de entrevista formó parte del trabajo que vienen desarrollando la Defensoría de los Habitantes en el Catem con motivo de la presencia de flujos de personas migrantes mixtos que tienen el deseo de retornar a su país de origen.